viernes, 30 de mayo de 2014

Conjugación verbal.

Tengo que dejar
de vivir en pasado,
dejar los pretéritos
que no fueron perfectos ni simples.
Pero sí indicativos.

Indicaban el camino
que me llevó a un laberinto
cuya única salida
fue una entrada a un pasado más profundo
al que me aferré
 como a un clavo ardiendo.

Pero vivo en nuestro
pretérito imperfecto complejo
porque los futuros no me gustan.
Los futuros son como el final de un arcoíris
que nunca encontrarás.
Los futuros son utópicos:
perfectos
en la teoría,
de una complejidad y lejanía pasmosas
en la práctica.

Y el presente…
El presente sólo es
un instante que se me resiste
y pasa,
como el romper de las olas,
como el intento vacío de escudriñar un colibrí
en pleno vuelo.

Soy un pasado sin futuro
que se quedó varado en un presente
que vive remitiendo de manera constante
a ese pretérito que manda
cartas a mi alma,
indicando
lo imperfectos que fuimos,
lo complejos que somos
y el poco futuro que tenemos.

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