Eres la pesadilla
que me muerde la boca.
Eres las llaves que
nunca salieron de un bolsillo.
Las mismas que
no me dejan respirar.
Eres la cerveza que
no acaba,
que tu cuerpo es la resaca
y yo sigo de fiesta
en las comisuras de tus labios.
Eres el borde que
me limita,
el nudo que
me aprieta la garganta
y los ojos que
me dan la vida.
Eres la tesis que
hace de mí la antítesis
de nuestra síntesis.
Ahora sin "te" que
acompañe al "quiero".
Sólo un "sin" que
ha quedado muerto.
Eres mi metáfora,
mi argumento.
Eres el verso y yo
la musa.
Eres mi condena
y el indulto que me salva
de la soga
que es la forma que tenías
de tocarme.
Que aprieta
pero no ahoga,
me sube al cielo
y me hace arder como si
del infierno se tratara.
Eres el tratado de paz
en mi guerra,
mi enemigo, mi general,
abro la trinchera si
me lo pides,
y me quedo desnuda
esperando a que dispares
y conquistes hasta el último
rincón de mi geografía.
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