Yo,
yo no sé de sentimientos,
no conozco mariposas
ni nervios, no entiendo
de amores, de dudas,
de errores que abran la piel,
no sé qué le pasó a Eros
ni qué escribía Platón.
Yo no sé de males
del corazón.
yo no sé de sentimientos,
no conozco mariposas
ni nervios, no entiendo
de amores, de dudas,
de errores que abran la piel,
no sé qué le pasó a Eros
ni qué escribía Platón.
Yo no sé de males
del corazón.
Yo,
yo sólo sé que aprendí
el compás que tocaba
tu cintura, que probé tu piel
de caramelo y,
desde entonces,
sólo quise comerte a ti.
yo sólo sé que aprendí
el compás que tocaba
tu cintura, que probé tu piel
de caramelo y,
desde entonces,
sólo quise comerte a ti.
Yo sé bailar salsa
en tus costillas,
revolucionar tu boca y bullir
en ella. Sé del miedo
a no ver tus suspiros
en tus costillas,
revolucionar tu boca y bullir
en ella. Sé del miedo
a no ver tus suspiros
tras la esquina,
sé del vaho que se fabricaba
en mis ojos cuando
me follabas porque yo,
de fallos, tampoco sé.
sé del vaho que se fabricaba
en mis ojos cuando
me follabas porque yo,
de fallos, tampoco sé.
Pero sí sé de ortografía,
de que amor se escribe
sin hache aunque me ahogase
entre tus sílabas, porque
de océanos en tu mirada
también sé.
de que amor se escribe
sin hache aunque me ahogase
entre tus sílabas, porque
de océanos en tu mirada
también sé.
Conozco la escritura
porque he escrito mil versos
en tu espalda, y gramática
porque he escrito mil versos
en tu espalda, y gramática
también, pues he vivido
en la sintaxis que predican
tus besos, sujeta a ti,
en la sintaxis que predican
tus besos, sujeta a ti,
complementando tu nombre
con caricias y
con caricias y
con una lengua
que no ha dado tregua
en la batalla de mis folios,
porque,
aunque tú no lo sepas,
la mejor literatura está escrita
de tus labios.
que no ha dado tregua
en la batalla de mis folios,
porque,
aunque tú no lo sepas,
la mejor literatura está escrita
de tus labios.
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