Un amor que fuera, de un lado, sentimiento,
poesía, gesto y, del otro, erección y orgasmo.
Mario Vargas Llosa, La orgía perpetua.
poesía, gesto y, del otro, erección y orgasmo.
Mario Vargas Llosa, La orgía perpetua.
Si yo te contara
que los domingos
a las diez los muros
se abalanzan
sobre mí, tu cuello
se vuelve mi frontera,
me robas el aire,
disparas cual fusil,
tus ojos, la barrera;
te vuelves, de mi piel,
el alguacil.
Me enciendo en el eco
de un portazo, me susurras
que estamos solos,
que no haga caso;
las mariposas se fueron
con el ocaso, las echaste
de mi estómago
a embestidas,
pero aún algo titila
en mis pupilas.
Encuentro en tus manos
la destreza,
en tu lengua, los desmayos
y pronuncio un
"Hasta el fondo"
con torpeza.
Llega el frío de diciembre
a hacer cosquillas y sigue
tu perfume fiel
en mis costillas;
me erizas la piel
con un suspiro, una ola
de calor hasta el ombligo.
Sabes más que diez
Hipócrates, lo irónico
es que yo he nacido
un año antes, y me haces
lo que no me han hecho
ni cien amantes.
Dices que soy la exuberancia
hecha mujer, arte, el placer
en cada parte.
Y lo que no sabes es que,
cuando llegue la sequía
no habrá tregua, voy
a -con besos-
empaparte.
Si tú supieras
y yo te contara;
si tú quisieras
y yo me dejara.
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