domingo, 14 de diciembre de 2014

Los cementerios están llenos de valientes.

 [...] cuánto le quise, 
cuánto le quiero todavía
y cuánto le querrán mis huesos
cuando descansen en el légamo."
Luis Alberto de Cuenca.

Hace un año ardía
por dentro, veía la vida
pasar estando borracha
de ti, se me iban los días
en tu cuerpo, en tus venas,
en cada pelo de tu cabeza,
en cada poro de tu piel,
en cada lunar,
en cada pieza a que forma
el puente de nuestros besos. 

Pero hoy, hoy dejo
al tiempo curar la herida
con sal, sólo para evitar
que se me forme hielo
aquí donde lo fundías todo.
Y todo tiene una explicación
y la mía es que me creí
muy valiente,
salí y me agarró fuerte
este diciembre gris que
ya no calientan tus ojos,
la lluvia que moja
las penas, el viento que
se lleva tu olor.

Ahora, después de todo,
a todos los que preguntan
que cómo soy, les respondo,
valiente, que soy muy mía
porque reconocer que
soy tan tuya como tus pupilas,
es cosa de cobardes.

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