lunes, 20 de octubre de 2014

Rober Iniesta, tu piel y yo.

Del vibrar de tus entrañas me hice preso.

Al final, ¿la piel
de quién es?
¿del que la hiere o
del que la cura? 

Tu piel, me corro
si me roza tu piel.
Beso cada poro,
me sabes a sudor y
a caramelo,
a nieve fría y
a calor de invernadero.

Me deslizo hasta
cada rincón perdido
y dibujo garabatos
con mi lengua,
cuando no sé si aún
te has ido,
me entra el frío,
me deshielas. 

Te confieso que has perdido,
soy la mujer que
aún no conoces,
mi lengua dice que
le apeteces,
me enamoro
de tu ombligo
mientras duermes
y yo no sé dormir
si no he mordido.

Ojalá seas el timón
de mi navío,
yo descanse sin saberlo
y aún te bese igual
habiéndote bebido.

Busco en cada hogar desconocido
la caricia que me erice
hasta las venas.
Haz que me vibren
las entrañas y
cuando amanezcas,
todavía no me habré ido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario