lunes, 3 de marzo de 2014

Saber que estás ahí me hace más fuerte.


Yo sólo quiero hacer saber
amiga estes donde estes que si te falta aliento
yo te lo daré...



Parece mentira cómo 6 años acaban haciendo la vida más fácil. Y el porvenir da menos miedo si sé que vas a cruzar la valla y aparecer por el pasillo cada lunes a las 8.30am después de un anárquico fin de semana en el que me has mandado fotos de cada momento del día.
                Sé que no todo el mundo tiene ese cariño que me das sólo por querer dármelo, por compartir un bollo de chocolate bajo cualquier excusa, por los años que han pasado aguantando al pie del cañón, levantándonos la una a la otra cuando hemos caído, o cayendo las dos al suelo muertas de risa con una copa derramada encima del vestido. Por los pocos kilómetros que hacen que no me harte de ti hasta mandarte a la mierda, por lo que me das, por lo que te doy, por lo orgullosa que me siento de ti y, sobre todo, por lo mucho que se me llena la boca cuando digo que eres mi punto más fuerte.

                Conviertes en buen augurio un martes 13, en mis días de autodestrucción eres el único perro que me ladra o que me hace reír a carcajadas, detectas un mal día aún recién levantada, eres la psicóloga sin título que me psicoanaliza y me repite una y otra vez el “te lo dije” que tanto me jode y que tanto echo de menos cuando no lo haces, me dices la verdad que duele y aún así, haces que duela menos haciéndome saber cuan presente estás.

                Eres la amistad que contradice, que me rebate y me grita lo equivocada que estoy aunque tenga parte de razón, buscas lo mejor para mí y lo peor es eso, que me conoces tanto, que sabes qué es lo que me beneficia. Y en tanto que tú lo sabes, el conocimiento se hace común: sé lo mucho que te gusta el chocolate, que odias que te toquen el pelo, el número de brotes de conjuntivitis que has tenido, cual es la rodilla mala, que no te gusta leer, la tirria que te da que te toquen la cicatriz, cuándo te vas a poner eskizo y cuando no, que si te tocas la clavícula estás atacada de los nervios, los pasos de baile estrella, los estornudos, si te pasa algo según cómo hables por el WhatsApp y la cantidad exacta de cerveza que te hace falta hasta poner la sonrisilla esa de que vas medio tocada.

                Esta vida es un juego de apariencias, ya lo sabes, pero, entre nosotras, las apariencias son inútiles si retiras las nubes de mis días grises aunque a través de la ventana parezca que luce el sol.

Dicho esto, hoy hay 6 motivos más por los que darte las gracias, por los seis años que llevamos aguantándonos, porque el tiempo pase y nos veamos crecer, porque me sigas haciendo la vida más fácil muchos años más. 




Si yo, tú; si tú, conmigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario