El
tiempo de Londres para Londres, que aquí parece que nunca va a
terminar de salir el sol. Como si nos tuvieran escondidos evitando
que saliésemos. Lo que tiene un muy jodido parecido con lo que llevo
dentro.
Han
pasado cuatro meses y, al fin y al cabo, no estoy tan mal. Será
porque nada ha aflorado todavía, porque me mantengo ocupada
constantemente, quizá, porque hay algo dentro de mí que no quiere
que todo eso salga y creo que mi yo consciente tampoco quiere. Seré
yo pero, a veces, cuando piensas que no te queda nada más que
llorar, nada más a lo que gritar ni nada mas a lo que odiar, llega
una ola de recuerdos que te tienes que beber y dejan una resaca
descomunal que no cura ni vomitándolo todo. Te arrollan y te invaden
como un virus en plena replicación, dejándote exhausta sin remedios
ni curas ni nada, solo tú y tus capacidades cognitivas y sensitivas
para asumir todo eso.
Sé
que sigo escribiendo sobre esto, pero no sobre ti. Tú y la fiesta de
tu cuerpo os acabasteis pero yo sigo aquí de resaca, tirada en el
sofá escribiendo para que cicatrice, para que todo esto cure, para
que la cabeza no me estalle. Sigo teniéndote el rencor que te tenía
antes, pero no tan acentuado, suave y fino, como la punta de un
cuchillo acariciando mi espalda.
Desde
fuera dicen que si sigo acordándome de ti, que si seguimos hablando
e incluso que si te sigo queriendo. Y qué quieren que les diga... si
te veo de la mano de otra me desarmo, me hundo cual Titanic, me
deshago en mil pedazos, en ceniza después de haber ardido contigo y
por ti. Volvería mil veces a quererte como te quise, a odiarte como
te odio, a perderme en tus ojos de los que aún no he salido.
También
dicen que hace falta la mitad del tiempo que habéis compartido para
olvidar a una persona, pero es que yo no sé si quiero y mucho menos
si puedo.
Constantemente
ando dando vueltas sobre lo mismo, volviendo una y otra vez al
comienzo, a lo que éramos y lo que fuimos.
Estábamos
ahí por un motivo, lo sabíamos;
Lo
nuestro fue un poema surrealista,
un
actor sin escenario,
un
piano sin artista.
Un
viaje al extrarradio,
el
colofón,
una
desidia,
al
fin y al cabo fuimos todo y no queríamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario