Soy distinta, promiscua hasta
hartarme, cabezona, hablo más que escucho, grito hasta dejarme la voz, soy
ególatra como la que más, morena, pelo castaño medio rojo, ojos marrones,
guerrera, responsable, con las ideas claras, fuerte, o eso intento, hermana de
mis amigas y con una madre que no me merezco.
Me dicen que como es que tengo
las cosas tan claras, y tan poca vergüenza en cuanto a que no me importa decir
cómo soy, lo que siento o cada cosa que pienso. Me insultan y sigo siendo la
misma, ¿Qué si no me afecta? Realmente no, tengo muy claro quién soy y cómo soy
y así quiero seguir. La gente que me quiere está aquí a las buenas y a las
malas y si siguen aquí a mi lado es porque les da igual como sea, que tengo mis
más y mis menos si, pero con la gente que quiero, siempre doy lo mejor de mí.
¿Qué si algún día cambiaré? Puede, pero nadie se levanta un día habiendo
cambiado su mentalidad o físico completamente. Si necesito algún cambio llegará
el día que lo decida y será poco a poco, no de un día para otro decido que
quiero ser otra. De momento estoy muy a gusto tal y como soy, cuando me miro al
espejo veo algo que mucha gente estoy segura de que miles de complejos se lo
impedirán, que yo también los tengo eh, pero sobrevivo igual, son parte de mi y
si se eliminan sonríes igual que si los tuvieras. Me digo ‘qué buena estás’
cada mañana como mínimo 200 días al año porque realmente lo siento así. Y
cuando me dicen ‘qué bien te ha salido el texto argumentativo’ sonrío y lo
agradezco, sintiéndome mejor que nunca con mi yo intelectual, del que también
estoy orgullosa.
Pese a todo, llevo un rollo de
tía fuerte y sin sentimientos que acarreo desde hace tiempo; echaron tantas
pachangas con mi cora que ambos hemos acabado sabiendo jugar mejor y ahora es
ésta femme la que se pone por delante, previniendo lo que viene,
sobrepasándolos. Como con un yoyó ando mareándolos, que ni sí ni no, ni blanco
ni negro chico, tu a tu rollo y yo al mío, pero tranquilo, que hasta este de mi
izquierda no llegas, que arrasando con todos parece el acorazado Potemkin.
Ya no
veo un futuro sentimental claro, porque sois todos tan capullos que después de
tanto tiempo, da gusto devolvérosla doblada, mejor sensación que vuestros putos
orgasmos. Ya veis, que la venganza se sirve en frío, y vosotros os calentasteis
demasiado, así os ha pasado, que ahora hipotérmicos perdidos. Perecéis payasos
de circo intentando hacer girar varios objetos y estáis equivocados, que jugáis
contra la que os lanza cuchillos como palabras y a las cuatro, caéis de
rodillas, pensando equivocado, ¿Qué me tienes en el bote? Ay chico, hace mucho
que no me dejo intimidar y tu no vas a ser la excepción.

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