viernes, 15 de noviembre de 2013

'Persiguiendo un diamante'.

'A partir de ahí todo fue muy rápido. Cayeron de espaldas sobre la cama y en cuestión de segundos estaban desnudos. Fue un sexo violento y vehemente que ella rara vez había experimentado. Aunque él jugó con su pelo, le acarició la cara y le besó la punta de la nariz, no dudo en sujetarla casi con brusquedad, con las manos por encima de la cabeza. Después, se la arrimó, aun encima de la colcha, y le acarició suavemente los hombros hasta que le puso la piel de gallina en la parte posterior de los brazos. Él le preguntó si estaba bien, si se encontraba bien, si quería un poco de agua. Al ver que guardaba silencio, le levantó la barbilla y la beso con tanta ternura que ella pensó que se moria. Se besaron asi durante minutos, muchos minutos, lenta y lánguidamente, y cuando él le plantó la lengua en el labio inferior, ella tuvo la sensación de que podía desaparecer por completo en su boca. Ninguno de los dos levantó la cabeza de la almohada; se volvieron de lado y se besaron, con pasión, con ternura, hasta que algo estalló y la urgencia se hizo imperiosa; chocaron los dientes, se clavaron las uñas y las manos volvieron a asir y a tirar.'

martes, 5 de noviembre de 2013

Pero al final te vas.

Quiero ser quien te despierte por las mañanas,
la primera de tu lista,
Que no haya más que un nosotros.

No cojas tus cosas y te vayas, me llevarás a mí,
somos tan nuestros,
tu tan mío y yo tan tuya,
cada rincón es tan nuestro
que no nos lo quita ni este intento absurdo de olvido.

Pero al final te vas,
sin yo ser tan tuya
y tu siendo tan mío.