Y que el amor, si no se muere, lo matan y tú te empeñas en
destruirme, como si te fuese la vida en ello. Qué ironía que intentes acabar
con esto, y nos estés matando a los dos.
Soy la que va con la cara de mala y llorando a escondidas,
que intentando salir de este engaño como Platón de su cueva y me tienes atada
de pies y manos, como si quisieras perderme de vista pero no me dejaras ir. De verdad,
cómo desearía equivocarme pero ahora eres el cordero y yo la loba, y tienes
miedo.

Aunque realmente, no sé si volver a volver es la solución,
vine como cordero y me voy como loba, aprendiendo del mejor y ahí te quedas,
desangrado y roto. Me llamaste fría pero no te diste cuenta de que el hielo
también quema.
Pero todo esto va inside y jamás llegarás a entenderlo.
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