viernes, 26 de julio de 2013

Como desearía equivocarme pero tienes miedo.

Y que el amor, si no se muere, lo matan y tú te empeñas en destruirme, como si te fuese la vida en ello. Qué ironía que intentes acabar con esto, y nos estés matando a los dos.
Soy la que va con la cara de mala y llorando a escondidas, que intentando salir de este engaño como Platón de su cueva y me tienes atada de pies y manos, como si quisieras perderme de vista pero no me dejaras ir. De verdad, cómo desearía equivocarme pero ahora eres el cordero y yo la loba, y tienes miedo.
Que lo poco gusta y lo mucho cansa, y que quiero volver a tus brazos como antes, en pequeñas dosis, poco a poco, para no perderte, para no perdernos, para que me muera si te matas y te mates si me muero, para volver a lo de siempre, a lo de hace años, de besos a escondidas por la noche en callejones, a que suenen mis llaves al compás de tu respiración, a dejarlo todo a medias por verte. Por volver a volver, por retomar lo que dejamos a medias varias veces, por que vuelvas a mi cama, a mis mordiscos a tu cuello, a tus suspiros en mis oídos.
Aunque realmente, no sé si volver a volver es la solución, vine como cordero y me voy como loba, aprendiendo del mejor y ahí te quedas, desangrado y roto. Me llamaste fría pero no te diste cuenta de que el hielo también quema.
Pero todo esto va inside y jamás llegarás a entenderlo.