martes, 14 de febrero de 2012

Ellas, que me aportan todo.

Es definitivo y lo digo tajantemente, son ellas, mis reales. No las hacen falta nombres, lo sé, porque ellas mismas saben perfectamente quienes son. Son todas totalmente distintas, todas pero las quiero sin dudar, con sus mas y sus menos, las quiero así y no de otra manera.
Y os preguntaréis como estoy tan segura de que son ellas. Bien, os lo explicaré...Son varias razones, de las que te vas dando cuenta poco a poco, según va pasando el tiempo. Todo empieza con pequeños gestos; eso de salir todas juntas, esperarnos en las puertas de clase y, por muchas broncas que nos echen, estar ahí, hasta que las veas aparecer por la puerta, la estupidez de los 10cént. también cuenta, aunque, para muchas, no lo parezca. Factor imprescindible las sonrisas, alomejor una risilla en el pasillo o una coincidencia en clase que nos hace reir. Son pequeños gestos, es cuidar bien un principio para un final eterno.
Pero eso no se queda ahí, con el paso de las semanas, los meses, hasta los años juntas, esos gestos se van convirtiendo día a día en muestras de cariño que equivalen a una oleada de alegría. El hecho de esperarnos en el pasillo, se convierte en un "voy a tu casa y me lo cuentas todo" y, cuando las ves aparecer por la puerta, el primer impulso es salir corriendo a abrazarlas. La estupidez de los 10cént. se convierte en un "venga, yo te invito y comemos juntas!", lo que es un 90% posible que haga de un día normal, a un día estupendo, por muy poco que hallas hecho, aunque esto, muchas no lo tienen en cuenta. Pintar en sus caras sonrisas, la mayor de mis pasiones. Lo que era una risilla en clase, ahora puede ser una mirada que acarrea consigo un recuerdo y provoca una carcajada descomunal, que, obviamente, llena de alegría hasta a aquel que no sabe sonreir.
Y, respecto a esto último, y haciendo un paréntesis en la entrada, no soy capaz de comprender cómo gente con vidas felices, estupendas, que tienen todo lo que alguien podría desear y más, son tan desagradecidos de ir lamentándose de todo, con una cara totalmente seria, mezclada con un poco de tristeza, desagradecidos, si, porque considero las sonrisas parte de nosotros, la llevamos siempre, aunque nunca las saquemos a relucir. Soy capaz de entender un día malo, o una semana horrible, por que yo las he tenido, pero, ¿para tanto? lo dudo.
En fin, volviendo a ellas. Lo he repetido, lo repito y lo repetiré las veces que hagan falta, si, ellas son mi pilar fundamental. Por ellas, saltaré todas las vallas, vayan donde vayan. Que me da igual el lugar si es a su lado, si me cogen de la mano y me dicen "Andrea, vámonos!", me voy donde me digan, pero que me prometan que no me soltarán nunca. Son mi faro de Alejandría y consiguen que elimine la tristeza en un suspiro, con sonrisas, con palabras y con abrazos sobrevivo, me sostienen entre todas y hacen que un día malo, agradezca que las tengo, que las tengo a mi lado.
Son todo lo que tengo, me alegran, me evaden, alejan las tinieblas y me resucitan siempre, a cada paso, estan ellas, cuidando de mí, ellas mi suerte. Si, puedo parecer demasiado fuerte, pero soy lo mas sensible que hay, sin duda. Lloro por absolutamente todo, aunque la mayoría de las veces lo hago por cosas que no merecen la pena ni mucho menos, esas veces que se te saltan las lágrimas, simplemente porque estás feliz, por que con un simple "te quiero" te demuestran que están ahí, alomejor no de cuerpo presente, pero es que me abrazan desde la nada, y es una sensación de saber que después de toda tormenta están ahí, como un rayo de sol, y te consuela el saber que han resistido contra el temporal, y puede que solo para sacarte una sonrisa cuando vuelves a abrir los ojos.
                               
                        Componen la banda sonora de esta tragicomedia.

viernes, 3 de febrero de 2012

De tanto que tropiezo, ya sé como caer.

¿Alguna vez habéis tenido esa sensación de qué no sabéis que vais a hacer con vuestra vida? Eso mismo me ocurre a mí.
El año que viene 4 de mis esenciales se van y eso implica que ya no podré pasar los patios con ellas hablando, ni riéndonos de estupideces, ni las clases de inglés haciendo el payaso, ¿por qué? por que ya no estarán. Y, por dos de ellas, en parte me alegro, por que se van pero para hacer algo que quieren, algo que las vendrá muy bien en un futuro, y me alegro por ello, por que son mis amigas y solo quiero que sean felices y si lo tienen que ser estando lejos de mi, no me importa, solo me importan ellas. Respecto a las otras dos, llevo una vida entera con ellas, y sinceramente, se me va a hacer cuesta arriba eso de no verlas, pero esto es así y no hay manera de cambiarlo.
Y sí, a mi lado se quedan muchas pero esto es como una pequeña construcción y cada pilar es una de ellas, y, por muy consistente que sea la estructura, si faltan 4 pilares, nunca es lo mismo. Es como la muñeca a la que la falta un brazo, o tiene el pelo mas corto de lo determinado, que nunca volverá a ser igual de bonita que era antes, hasta que eso se recupere.
Me considero amiga de mis amigas, unas mas y otras menos, pero siempre amigas. Intento estar a cada momento a su lado, en cada bajón ahí, ayudándolas a levantarse, por que no hay otra opción, todo es así, siempre. Si te caes, ahí estan tus reales para ayudarte a recomponerlo todo. Caes, te levantan, caes, te levantan, caes, te...¡ZAS! hasta que un día caes, y te das cuenta de que ya no están, que se han ido. Pero físicamente solo, no de tu lado, por que estoy segura de que es una de las cosas que nunca nadie me podrá arrebatar, el recuerdo de mis amigas, de tenerlas siempre a mi lado, por muy lejos que estén. Y se van, y tú, ¿qué se supone que tienes que hacer? las personas no estamos programadas para estas cosas, es mas, no creo que estemos programadas para absolutamente nada pero la experiencia te hace aprender. Y, volviendo al tema, en esos momentos, ¿qué haces? ¿te vienes abajo y rompes a llorar? ¿qué es lo que harían ellas? No lo sabes, las conoces, han estado siempre a tu lado, pero no tienes ni idea. Piensas que lo que harían seria tirar para alante, porque no hay ninguna otra solución y, cuando lo intentas, cuando intentas volver al camino, volver a tus hábitos de antes y volver a ser la misma, lo recuerdas, las recuerdas, recuerdas que no están agarrandote la mano y diciéndote "Andrea, no te preocupes, aquí me tienes, aquí estoy, de tu mano" y, os puedo asegurar que es una de las sensaciones mas dolorosas que he vivido y que pronto, volveré a vivir.