jueves, 20 de septiembre de 2012

Tanto le cantó a la luna, que la acabó enamorando.



                                                                                  Búscame allí donde no llegue la razón.

           Me llevas el corazón a trompicones, cual marioneta descarriada. De subidas y bajones. Al son de tus besos me llevas, y sin prevenirme me sueltas, a que me agarre a un clavo ardiendo para poder verte donde vayas, para no perderte. Me tienes en vilo, pero tu tranquilo, sobrevivo con esfuerzos porque esto ya no lo aguantan ni tus brazos. Ni me muerdes ni me meces, eso, lo único estupideces que salen de tu boca, después de decirme mil verdades al oído, y que quiera morir por el simple hecho de no poder creerlo. Yo la tonta y tu mi cielo, pero no de ahora, ya viene de hace tiempo.

           Que ya sudo de que sudes, y mira que más de una y de dos veces me repito estos discursos en mi cabeza, estos ensayos sobre cómo vas y como vienes, sobre que me haces y que es lo que tienes. Sobre cómo ves que yo te quiera, y aunque me lo grites al oído, no te enteras, que con los oídos veo y con los ojos oigo, voy al revés y de cabeza porque ya no me sostiene tu sonrisa. Que parece mentira que un día empezaras y acabaras, que ya ni me ladras ni me llamas. Se fueron las perroflautas y se ha quedado como el fuego, el tatuaje de tus manos en mis piernas, en mis caderas, en mi cuello y en mi boca. Hacías que me callara con un gesto, con un abrir y cerrar de ojos que lo contenía todo, ponías mi mente en blanco con solo morderme y ya los besos, que tendría que conocer hasta estar harta de ellos, me tienen enganchada como el primer día, o peor. Arrasan con cada pensamiento, se lo llevan todo de un soplo y me dejan colgando de ti, viviendo en ti.



lunes, 10 de septiembre de 2012

Brindemos por las buenas, que las malas ya vendrán.

Esto se acaba señores, termina como el carrete después de la última foto, como tu disco favorito cuando llega al minuto 4.12 la última canción. Y termina con ese ruido que lo invade todo, el silencio. Porque te faltan las risas en el bus de vuelta, el trajín de estas ingenieras de cachimbas que se han pasado un verano entero perfeccionando la técnica como pintor que retoca su obra estrella. Faltan los 'Espérame que ya llego', cuando aun no has salido de tu casa, las chucherías a media tarde y tus besos por la noche. Besos fugaces entre cuatro insultos tontos antes de coger el bus. Y con mejor sabor de boca que habiendote pintado los labios con azucar, vuelves a casa, deseando que llegue la tarde siguiente, ¿para qué? Si, efectivamente, para hacer exactamente lo mismo. Pero aqui no hay dos opciones, no es 'sola o con ellas' es, CON ELLAS y punto, no hay más.
Estabamos ahi tarde tras tarde, sentadas como viendolas venir y sin saber que duraría lo mismo que el abrir y cerrar de ojos de un chino. Y ahora aquí estamos, a 10 de septiembre y que el querido verano, cuando solo se usan las bicicletas, cuando se toma el sol, cuando los grenizados y la fruta son tu base alimenticia principal, cuando no te preocupas por nada más que por sonreir, este se acaba. Y las 24h de un día tras otro pasan tan rápido como un tren y si las pierdes, como este, estas perdido. Te tocará esperar al siguiente tren para cogerlo con ganas, y que no se te escape, que puede que el siguiente no tenga la misma dirección. Que puede que no tenga dirección 'TUS BRAZOS' y que la siguiente parada sea 'tu cama', que como lo pierda, me pierdo. Y si no me pierdo en tu piel ¿dónde entonces? No me vale echarlo todo por tierra ahora, por eso quiero aprovechar cada puto segundo para cerrar los ojos y que tu arrimes tu boca a mi oido, me susurres y ahora si, me subas hasta las nubes, que no necesito el cielo si es contigo, solo quiero un sitio donde poder acostarme, y las nubes no pintan nada mal.